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Google y la Gran Censura China

July 2, 2010

Google, el gigante de internet, desmantelaba sus oficinas de China y se trasladaba a Hong Kong el pasado mes de marzo. Tras meses de desencuentros con Pekín, la compañía californiana anunciaba su salida del mayor mercado on-line del mundo, denunciando el ciberespionaje por parte del Gobierno chino y la censura que el gigante asiático mantiene en la red. Sin embargo, la retirada de la multinacional de Mountain View  responde a otros factores, como la preferencia de los usuarios chinos por buscadores locales.

La República Popular China bloquea, censura y filtra internet. Pekín no lo esconde, y ha publicado este mes su “Libro Blanco” sobre la red. En sus 31 páginas, este documento de la Oficina de Información del Consejo de Estado, se dirige tanto a las empresas que operan en el territorio como a los países detrás de ellas para que respeten las políticas de seguridad de Pekín.

Según OpenNet Initiative, organización que investiga la censura en Internet en todo el mundo, China cuenta con el sistema de filtros más sofisticado del planeta. Año tras año, la ONG francesa Reporteros Sin Fronteras apoya esta tesis incluyendo al país asiático en su lista de “Enemigos de Internet”. Este dudoso honor ha propiciado que al control de Pekín sobre internet sea conocido fuera de las fronteras del país asiático como “The Great Firewall” (un juego de palabras que vincula la Gran Muralla China con Firewall, un componente de seguridad que bloquea el acceso a redes en los ordenadores).

La página web de Chinese Human Rights Defenders (CHRD) no es accesible desde China. Su director, David Small, explica que “la censura del Gobierno chino en internet viola derechos fundamentales. En concreto, la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información”. La organización pro-derechos humanos señala que ha hecho una serie de llamamientos públicos al gobierno para que modifique sus políticas de control del ciberespacio. A cambio, los miembros de CHDR “son frecuentemente interrogados por la policía, sus domicilios son registrados, se les presiona para que abandonen su trabajo en favor de los derechos humanos e incluso son detenidos por activismo”, señala Small.

Google decidió participar en el mercado de internet chino en 2006. Los 384 millones de internautas y “el hecho de que internet este transformando China en un lugar mejor, a pesar del entorno imperfecto”, animaron a la compañía de Mountain View a lanzar google.cn. Para poder establecerse en China, la empresa estadounidense tuvo que adaptarse a las normas del país, lo que incluyó censurar las páginas con contenidos non gratos para el régimen.  Para entonces, las búsquedas de Google ya eran censuradas en países como Irán o Arabia Saudí. El buscador californiano también bloquea páginas con contenido nazi en Alemania o de pornografía infantil en Estados Unidos.

El gigante de internet decidió operar en el gigante asiático “a pesar de que filtrar los resultados de las búsquedas claramente comprometía nuestra misión”, reconoce Philipp Lenssen de Google Blogoscope. “Sin embargo, no ofrecer Google a una quinta parte de la población mundial comprometía aún más nuestra misión”, añade. Un año más tarde de su entrada en la República Popular China, Google cambió su lema “Don’t be evil” (no seas malvado) por “Búsquedas, publicidad y aplicaciones”.

La presencia de Google en China es complicada más allá de los problemas éticos que pueda suscitar a sus ejecutivos. El filtrado de resultados ralentiza considerablemente las búsquedas y la página web no siempre funciona. El buscador es menos accesible que sus competidores locales y algunas de sus aplicaciones, entre ellas Google Maps, no se encuentran disponibles el 10% del tiempo, según datos de la propia compañía. La velocidad del motor de búsqueda varía según la hora del día y su diseño no se adapta correctamente a los caracteres chinos.

En este contexto, los buscadores locales han ganado terreno a Google. La cuota de mercado de Baidu, el principal buscador chino, aumentó de un 2.5 por ciento en el año 2000 a un 46 por ciento en 2005. En este espacio de tiempo, Google (en su versión internacional, pues aún no había lanzado su página en chino) vio caer sus búsquedas por debajo del 30 por ciento, según informaciones de la propia compañía. En la actualidad estos datos no son mucho más alentadores para la empresa norteamericana, cuya versión en chino sólo es usada por el 24.9 por ciento de los internautas del país asiático. Baidu continúa creciendo, y ya copa un 68.9% de la cuota de mercado, según chinapolling.com. Las actividades de Google en China suponen sólo un 2% de su facturación total, a pesar de que el país cuenta con casi 400 millones de usuarios de internet.

Negocios y cuentos chinos

El pasado mes de enero, Google anunciaba haber detectado incursiones en algunas cuentas de su servicio de correo electrónico (Gmail) pertenecientes a activistas por los derechos humanos. “Estos ataques y la vigilancia que destapan, combinados con los intentos durante 2009 para limitar aún más la libertad de expresión en internet, nos conducen a plantearnos la viabilidad de nuestros negocios en China”, señalaba entonces Elliot Schrage, vicepresidente de Google. David Small, de CHRD, comenta que su página web ha sido atacada una docena de ocasiones y que “cuentas de Gmail de miembros de la organización han sido objetivo de los hackers”.

Google culpó de los ciberataques al gobierno chino y en el mes de marzo trasladó sus oficinas a Hong Kong, región con un estatus administrativo especial que responde a la norma de un país, dos sistemas. En esta ciudad, el control de internet no ha penetrado como en el resto de China y es crisol de la disidencia en internet. La reacción de Pekín no se hizo esperar y Wang Chen, responsable de internet de la Oficina del Gobierno expresó la oposición de China “a la politización de los asuntos de negocio” así como su indignación por “la acusación sin fundamento y las actuaciones de Google” que, reubicándose en Hong Kong, buscaba seguir operando en China sin filtrar sus resultados.

La salida de Google de la República Popular China no sólo se explica por las supuestas intervenciones de sus cuentas de correo electrónico, sino que hay otros motivos económicos. Otras empresas occidentales babean ante el colosal mercado chino al tiempo que denuncian el control que el gobierno de Pekín ejerce sobre la red. Google no es la primera. Cisco Systems contribuyó al proyecto “Golden Shield”, encargado de vertebrar el complejo sistema de filtros chino y aprovechó la oportunidad para vender routers por valor de 100.000 dólares en el país asiático. Microsoft bloquea las entradas en su servicio MSN que contienen palabras como “democracia”, “libertad” o “manifestación” y Yahoo! proporcionó información sobre dos disidentes políticos al gobierno chino, que en la actualidad cumplen penas de diez años de cárcel. Poderoso caballero es Don Dinero.

María Gallar Sánchez

One comment

  1. que bien escrito, olé!, la verdad es que llevaba un rato leyendo el pais digital y había cada metedura de pata…, esto ha contrastado mucho ya me contarás que tal por vietnam o thailandia o camboya… y eso, un beso!



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