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Latin Kings: ¿legales o ilegales?

February 8, 2011

La violencia juvenil aparece hoy día como un problema que inunda los titulares de la sección de sucesos y, sobre todo, se presenta en las sociedades occidentales como un fenómeno que reproduce valores negativos de lo que las instituciones denominarían normal. Pero, ¿realmente existen alternativas para implantar políticas públicas que no sean de mano dura hacia las llamadas bandas o pandillas?

En el caso español, el fracaso en políticas públicas de juventud es evidente a la hora de analizar al grupo de los Latin Kings. La contradicción entre las Comunidades Autónomas para enfrentar este asunto se hace palpable, ya que, por ejemplo, la Comunidad de Madrid tacha de organización ilícita a la Sagrada Tribu America Spain (de la Todopoderosa Nación de los Latin Kings), mientras que en Catalunya, la Nación está registrada como una asociación cultural.

Por ello, la I Conferencia Internacional Más allá de las pandillas: violencias, juventudes y resistencias en el mundo globalizado, que se desarrolló durante los días 25, 26 y 27 de octubre de 2010 en la sede de Ecuador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), fue un espacio para discutir, mostrar y proponer diferentes perspectivas sobre políticas públicas de juventud con el objeto de buscar la integración del fenómeno pandilleril.

De esta manera, para Luis Barrios, profesor de Psicología y de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de la Ciudad de Nueva York-John Jay College of Criminal Justice, la invisibilización y marginalización de estos grupos viene dada a través de la adopción de la problemática de la violencia como personal e interpersonal, olvidando su matriz: la violencia estructural.

Por tanto, Mauro Cerbino, coordinador del Programa de Estudios de la Comunicación de la FLACSO, señala que en contra de las teorías que circulan en el ámbito de estudios de juventud y violencia, “las organizaciones juveniles de tipo pandilleril se desarrollan al margen de la sociedad dominante, aunque su razón de ser y su modo de funcionamiento se nutre de algunos elementos fundamentales, que sostienen a aquélla”.

En este sentido, para el análisis y el estudio de este tipo de agrupaciones u organizaciones juveniles, así como para una posterior aplicación de políticas efectivas, se debe acudir al origen, al surgimiento de las pandillas. Luis Barrios entiende que estos grupos son movimientos sociales que responden a unas realidades sociales, políticas, económicas, culturales y espirituales.

Sin embargo (y preferentemente), desde las sociedades occidentales, sobre todo a partir de que el fenómeno pasó a convertirse en un fenómeno transnacional, se ha procurado criminalizar a estos jóvenes. Y para ello, los medios de comunicación han jugado un papel muy importante según afirman Barbara Scandroglio y Jorge López, profesores del Departamento de Psicología Social y Metodología de la Universidad Autónoma de Madrid, pues se ha creado el estereotipo y el discurso del enemigo externo: “Estos jóvenes que integran las bandas vienen y traen de fuera la violencia. De alguna forma, son los más malos”.

De la exclusión a la inclusión

El 22 de agosto de 2007, la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas del Ecuador fue legalmente establecida. De este modo, el presidente Rafael Correa otorgó personería jurídica a los Latin Kings, convirtiendo este proceso en un “paso histórico” con el fin de evitar la violencia, según Jeannette Sánchez, Ministra de Coordinación de Desarrollo Social.

Así nació el proyecto CETOJ[1], el cual surgió de los procesos de creciente estigmatización y criminalización de los jóvenes pertenecientes a sectores socialmente desfavorecidos y llevada a cabo por la Corporación con el fin de ayudar a los miembros de la organización a buscar un nuevo estilo de vida.

Entonces, supone parte importante de la voluntad política ir en una dirección excluyente o incluyente. El estigma, la percepción del otro, aparece como una problemática para desviar la atención de la población e incluso para convertirse en una baza electoral, sin llegar al verdadero quid de la cuestión.

A modo de conclusión, y para los acostumbrados a una perspectiva violenta y negativa de la Nación, la artista Ana Fernández confesó lo siguiente: “Me gustan los Latin Kings, se cuidan y se protegen, son respetuosos, me gusta cómo se saludan. Son talentosos, trabajadores y comprometidos. Amor de reyes y reinas”[2].

Aitor Montero Manzano, Quito (Ecuador)


[1] Centro Tecnológico de Organizaciones Juveniles manejado por la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas del Ecuador, con apoyo y acompañamiento del Programa de Estudios de la Comunicación de la FLACSO-Ecuador, del Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (INNFA) y el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito (MDMQ).

[2] CETOJ-FLACSO: Libro DEMO LK, Quito, 2009, p. 142.

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